La soja es el principal recurso para el desarrollo de la acuicultura en el país

PERSPECTIVAS. Argentina podría empezar a criar peces a mar abierto.

La mirada está puesta sobre la provincia de Chubut por las condiciones del clima y la temperatura marítima.

Es probable que en poco tiempo, varios referentes privados con el aval del Ministerio de Agroindustria de la Nación, comiencen a diagramar un nuevo desarrollo para la cría de peces en cautiverio con el objetivo de proyectar al país entre las principales potencias del mundo en el mediano y largo plazo.

Por ahora, el esfuerzo está centrado en recabar experiencias de los principales productores de la región, entre los que se destacan Chile con una producción de 1 millón de toneladas anuales y Perú con un volumen cercano a las 140 mil toneladas.

Muy por debajo y con el mismo guarismo desde hace 2 décadas, nuestro país solo produce 1500 toneladas de truchas por año en los embalses artificiales del río Limay (Neuquén – Río Negro) y una cifra aproximada a las 2500 toneladas de Pacú en campos adecuados para esta actividad en el norte de Santa Fe y las provincias de Misiones y Corrientes.

El futuro está puesto en los derivados de la soja, como motor de crecimiento y desarrollo de la actividad pesquera. “Hay que entender que el agro argentino tiene una gran vinculación con la acuicultura ya que la dieta de los salmónidos se compone por una gran cantidad de proteínas de origen vegetal y aceites. Es una marcada tendencia desde hace 15 años, cuando la industria de la pesca comenzó a ser criticada por la excesiva utilización de aceite y harina de pescado de recursos oceánicos para la alimentación, generando un desbalance en la relación uso-consumo”, reconoció el Ing. Lucas Maglio de la compaña chilena Kran.

Este experto en piscicultura, sostiene que la nueva generación de alimentos para peces, se constituye en un 11 % de aceite de soja y más de un 17 % de harina de la oleaginosa, marcando una clara necesidad del producto para dinamizar la actividad.

“Las estadísticas de consumo de harina de soja para la cría de peces, vienen mostrando índices crecientes a través de las demandas de China, Noruega y Chile, entre los principales países. Si a esto le sumamos los informes y conclusiones de la FAO sobre el futuro de la alimentación, el dato es más contundente”, subrayó Maglio agregando que la única posibilidad de sostener alimentos frente al crecimiento poblacional constante, se podrá dar si se aumenta la producción de proteína de origen marino, porque la superficie terrestre y la disponibilidad de agua dulce se encuentran en niveles iniciales de agotamiento. 

Maglio, afirma que el protagonismo se centrará en la soja como insumo indispensable y estratégico.

Al cierre, repasa otra observación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO / 2013), que ubica a la Argentina en el primer puesto de las  naciones con potencial mundial para la producción de peces de mar abierto.

“Su asociada, la soja, es uno de los pocos alimentos que podría ayudar al mundo a sostenerse frente a esta fuerte demanda de proteínas”.

 

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